domingo, 3 de marzo de 2013

Artículos sobre el libro Restauración 108 Altos


Doctor Piero Espinal viendo más allá del tiempo

Por Rafael D’Mesa

En una emotiva ceremonia el Dr. Piero Espinal, quien es además miembro del Consejo de Administración de la Cooperativa San José Inc., puso a circular este sábado su más reciente obra, una obra que no solo viene a enriquecer la bibliografía que como la de San José de las Matas, está cargada de hermosos episodios y grandes aportes a la historia dominicana, sino, que deberá convertirse en ejemplo para los futuros profesionales que al leer este nuevo libro, podrán darse cuenta, que a pesar de las limitaciones o las comodidades se puede lograr, no solo terminar una carrera u obtener un título, se puede ser buen profesional y al mismo tiempo un ciudadano íntegro y útil a la sociedad.
Restauración 108 Altos, más que un libro, es un gran homenaje a los tantos jóvenes, hoy profesionales en distintas áreas, que vivieron juntos compartiendo penurias y lejos de sus familiares para lograr la educación superior y que gracias a la aguerrida Asociación de Estudiantes Universitarios de San José de las Matas y con la ayuda de buenos y valiosos matenses y otros de la provincia de Santiago y la capital, como los fenecidos Diógenes Guzmán y Manuel Arsenio Ureña, así como también el apoyo que siempre recibieron de Doña Gisela Concepción, pudieron estos muchachos llegar a la meta y lograr sus objetivos.
Digo que Restauración 108 Altos, de Piero Espinal, más que un libro que recoge las memorias de varias generaciones de estudiantes universitarios de San José de las Matas en la capital, es un homenaje al esfuerzo, al sacrificio y aplicación de estos jóvenes, que no solo se hicieron profesionales, sino, que hoy por hoy son hombres y mujeres de ejemplos en la sociedad y que desde las funciones importantes que ocupan tanto en el sector público como privado, su buen desempeño se convierte en orgullo de San José de las Matas.
La puesta en circulación de esta nueva obra del doctor Espinal, se convirtió en un gran encuentro, muy parecido a los encuentros que acostumbraba celebrar la Asociación de Estudiantes Universitarios y que tanto contribuyeron en la toma de conciencia de la juventud de entonces, la cual tuvo que convivir con la represión policial y el deseo de superación.
El licenciado Abelardo Estévez, Presidente de la Cooperativa, empresa auspiciadora de la obra, dijo que la mejor forma de conservar la historia de un pueblo, es rescatando y proyectando los hechos, los personajes y los episodios importantes que van ocurriendo al pasar del tiempo, aprovechando su intervención para felicitar al Doctor Piero Espinal, por su entrega y dedicación para que la historia de San José de las Matas nunca se pierda.
Por su parte, el licenciado Joaquín Hernández, uno de los estudiantes de la época que logró mayor formación fruto de sus excepcionales condiciones ideológicas y políticas, las cuales le permitieron tener una auténtica conciencia social sobre la realidad de los pueblos, tuvo una intervención que convirtió el momento en risas y lágrimas por la forma en que narró la situación vivida en la Restauración y cómo las precariedades no pudieron más que el deseo de superación que tenía el grupo de universitarios.
Fue nostálgico ver tantas personas de la época reunida, asistiendo a un evento que como este, juntó a tantos profesionales hijos de San José de las Matas, muchos de los cuales ocuparon la secretaría general y otros cargos en la Asociación.
El doctor José Armando Goris, al intervenir en el acto, hizo un llamado a la conciencia del pueblo, especialmente a los padres de familia, a los estudiantes y a las instituciones, exhortándoles a ver más allá del San José de las Matas que tenemos hoy, dijo que todos debemos asumir el compromiso de hacer crecer y desarrollar nuestro pueblo y que entendiendo que no puede haber desarrollo sin educación, desde ya hay que ponerse a pensar en la creación de una universidad en la sierra, señalando, que ese es su gran sueño cuando algún día se produzca su retiro.
Al final de esta gran actividad, todos los invitados, profesionales, directivos y funcionarios de la Cooperativa pasaron  a compartir más de cerca un brindis donde se pudo disfrutar algunos temas de la antología de temas grabados por artistas matenses,  solo voces de San José de las Matas, con los arreglos de Manuel Rodríguez y que los presentes con mucha emoción empezaron a escuchar.
Felicidades Piero y que Dios te ilumine y proteja, así siempre tendremos viva la historia de San José de las Matas, un pueblo que es de todos.



En San José de las Matas risas y lágrimas por un libro
sobre la  residencia estudiantil

Por: José Rafael Sosa

La voluntad  de realizar una  carrera  en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) durante  los difíciles años 70 y 80 implicó  grandes sacrificios  personales  para los  jóvenes matenses  que vivieron en la residencia creada por la Asociación de Estudiantes de San José de las Matas, en la cual, entre momentos dramáticos, de ausencia de alimentación adecuada, de un calor insoportable y con un sólo baño para 30 personas, persistieron hasta graduarse.
Todo lo que pasaron estos muchachos matenses para poder estudiar es narrado en el libro Restauración 108 Altos, compilado por Piero Espinal Estévez, al ser presentado en el auditorio de la Cooperativa San José, en San José de las Matas, en un acto al cual concurrieron la risa y la carcajada, el recuerdo de aquellos años, las reflexiones de lo que representó la batalla diaria por hacerse de una carrera.

Recuerdos y risas
La presentación del libro fue un acto de recuerdos y de reconocimiento a aquellos jóvenes idealistas que no tenían opción a estudiar una carrera en Santiago por los costos que implicaba. Algunos de los que eran estudiantes en la casa de la Asociación de Estudiantes Universitarios, ahora como profesionales, viajaron desde España, Estados Unidos y Puerto Rico para recibir un ejemplar del libro, auspiciado por la Cooperativa San José.
Las intervenciones que mejor recrearon los momentos más dramáticos y humorísticos de la residencia estudiantil fue la de Joaquín Hernández, actual gerente de la Cooperativa San José; José Armando Goris, exsecretario general de la Asociación de Estudiantes; Luis Eduardo Peralta, también exsecretario, además del autor del libro, Piero Espinal Estévez.
Durante la presentación  del libro fueron desfilando las historias y anécdotas  que provocaban la risa y el recuerdo, al rememorar cómo se alimentaban, cómo desarrollaron un sistema de disciplina en la convivencia, cómo lograban los recursos de parte del Ayuntamiento de San José de las Matas, de la Cooperativa San José, de empresarios como Manuel Arsenio Ureña y José Ureña y los aportes y donaciones de decenas de personas.
Se recordó la colaboración de los choferes de las guaguas que viajaban entre Santo Domingo y San José de las Matas, quienes daban apoyo a esos estudiantes.

Hernández
La intervención más hilarante fue la del licenciado Joaquín Hernández, de buen contador de historias, al generar las risas y carcajadas más estentóreas de la noche cuando describió, por ejemplo, una avena llamada “la asesina”, por la dureza con que quedaba en el plato, a pesar de que se pusiera boca abajo y no se caía.
Joaquín Hernández narró las situaciones que se producían en la hora pico de las siete de la mañana para usar el baño, que dotado de un sólo inodoro y un lavamanos tenía que ser usado por cuatro o cinco estudiantes simultáneamente, lo que generaba dificultades en algunos para realizar los actos propios de ese lugar.
Indicó que en la casa, por razones de economía, no se servía desayuno o café, por lo que cada quien tenía que procurarse algo para calmar el estómago en las primeras horas del día.
Hernández, gerente de la Cooperativa San José desde hace 12 años, narra el sacrificio humano que supuso el mantenimiento de la residencia estudiantil de los muchachos de Las Matas.

Piero Espinal
El compilador del libro, quien agradeció el apoyo de la Cooperativa San José para publicarlo, destacó que el título Restauración 108 Altos, lo aportó Juan Carlos Jáquez, quien se lo sugirió en uno de los viajes que compartieron hacia Santo Domingo en procura de los datos y documentos para recrear la experiencia.
Dijo que en la residencia se estableció una directiva que creó un sistema de organización y disciplina, que rendía informes financieros trimestrales, que organizaban encuentros estudiantiles en los que participaron expositores como Hamlet Hermann, Vicente Bengoa, Gisela Concepción y  con actuaciones artísticas de Xiomara Fortuna, la Familia André, Claudio Cohen, Omar Franco, entre otros.

Los precursores
Refiere Piero Espinal en su historia que la Asociación fue fundada en 1967 por parte de un grupo de estudiantes que terminaban el bachillerato y entre los cuales estaban  Juan Rafael Sánchez Bisonó, Ramón Olivo, Pedro Rodríguez, Miguel Ureña,  Olga Luciano, Casilda Espinal, José Salcedo, Tavo Jáquez,  Germán Goris, y otros.
Los primeros residentes en la casa estudiantil fueron  Eligio Jáquez,  Diógenes Cerda, José Zarzuela Pérez, Juan Francisco Bisonó, Germán Goris, Sebastián Rodríguez, René Jáquez,  Virgilio Arán, Miguel Rodríguez, Gustavo Jáquez, Papito Rodríguez, y Federico Montalvo.




Universitarios de San José de las Matas

Por Rafael Escotto

¡Mi hijo no es comunista! Así exclamó una madre de San José de las Matas que tenía uno de sus hijos estudiando en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). En otras geografías políticas también se oyeron defensas similares. En aquel momento de la llamada Guerra Fría el líder del Movimiento de los Derechos Civiles de los Estados Unidos, el pastor de la iglesia bautista Martin Luther King, respondía públicamente en una entrevista contra una acusación de supuesto comunista que se le hacía en 1961: “que había tantos comunistas en su movimiento de libertades como esquimales en Florida”.
La segunda mitad del siglo XX estuvo matizada por la confrontación ideológica que comenzó en 1945 hasta la caída del Muro de Berlín en 1989 y el golpe de Estado en la URSS (1991), que originó la lucha entre el capitalismo occidental y el bloque oriental comunista dirigido por la Unión Soviética.
“¡Mi hijo no es delincuente!” Vociferaban amargamente otras madres de los estudiantes materos quienes con grandes sacrificios económicos enviaban a sus hijos a estudiar una carrera en la entonces conflictiva UASD, en aquel odioso y sangriento período de los años 70, conocido como los Doce Años de Balaguer, etapa que tuvo como propósito fatídico el desmembramiento y aniquilamiento de los movimientos y grupos sociales por medios represivos encabezados por grupos paramilitares.
Bajo ese estado de represión y de acoso sociales de los años 1970 al 1990 y, sobre todo, teniendo que sobrellevar el tener que vivir amontonados en una “pensión” de la Zona Colonial con escasos recursos económicos y con exigua alimentación, para estos estudiantes del "interior" hacerse de una carrera en tales condiciones significaba más que una tragedia: una verdadera desgracia. A pesar de todas las vicisitudes y contrariedades encontradas por aquellos indigentes estudiantes vale la pena decir como Catón: “Amargas son las raíces del estudio, pero los frutos son dulces”.
Cuantas experiencias fuertes encontramos en el análisis introductorio de una obra que ha sido puesta en mis manos por el doctor Piero Espinal Estévez, editor de la misma, titulada Restauración 108 Altos, la cual tiene como subtítulo Memorias de la Asociación de Estudiantes Universitarios de San José de las Matas y que fue auspiciada por la Cooperativa San José. Ese afán enérgico del vigor, del espíritu y de la actividad del ánimo que desarrollaron los estudiantes materos para conseguir su objetivo profesional sin quejarse merece ser coronado con una frase de Santa Teresa de Jesús: “Hay que agotar todos los esfuerzos antes de quejarse”.
¡Y cuántas razones pudieron haber esgrimido estos sufridos estudiantes quienes para poder subsistir y graduarse de alguna profesión debieron organizarse en una asociación que muy bien pudo haberse llamado "asociación de la miseria por la dignidad estudiantil"! No obstante a ese terrible vía crucis me parece oírles parafrasear una frase de la Madre Teresa de Calcuta que no está en labios de los estudiantes de hoy: “Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control y podemos confiar plenamente en Él”.
Estos estudiantes de San José de las Matas ni fueron nunca comunistas y más lejos estuvo en alguno de ellos ser delincuente. Pero el régimen imperante en aquella época necesitaba encontrar comunistas y delincuentes en una juventud provinciana que le permitiera exhibir que estaba matando comunistas para su gloria política. Pero estos muchachos parece que escucharon al actor y director mexicano-estadounidense e intérprete de la serie de televisión Miami Vice, Edward James Olmos, cuando dijo que: “La educación es la vacuna contra la violencia”.
La solidaridad es un atributo que sobresale entre los materos y esta característica nunca se hizo esperar cuando se trataba de fomentar el estudio y honrar el sacrificio de la juventud. Basándose en estas dos cualidades: estudio y honra, fue que los señores Diógenes Guzmán y don Arsenio Ureña, ya fallecidos, José Ureña, Manuel Santelises, Chelo Herrera y Lucky Jáquez, entre otros, contribuyeron en los momentos más difíciles con sus aportes, haciéndole la vida a estos jóvenes en la ciudad capital menos miserables.
Son pocos los estudiantes de este tiempo que aguantan tanta crisis y martirios para estudiar y luego de obtenida una titularidad académica servirle a su patria con honor olvidando las estrecheces y las persecuciones políticas injustas que se vieron obligados a vivir.
Leyendo el texto y los distintos episodios que en él se narran uno se pregunta si nuestros estudiantes de hoy, con las comodidades existentes y las exigencias que les hacen a sus padres para poder estudiar, tendrían la entereza que tuvieron los estudiantes de San José de las Matas para estudiar y aun bajo condiciones difíciles obtener notas sobresalientes.

El autor es abogado

No hay comentarios:

Publicar un comentario